lunes, 16 de marzo de 2009

Como gastarse, bien, un euro en Paris... "parte I"










Paris bien vale una escapada, o algo más, un viaje para disfrutarla como se merece. Pero, ¿ Qué hacer si sólo tienes un día para visitarla? En principio, parece misión imposible recorrerla; pero si me dejas aconsejarte cómo gastarte bien un euro, creo qué podriamos hacer algo.

Jon se marcha a vivir una experiencia a Berlín. Mientras vivía en Austria aprendió algo de Alemán, pero quiere perfeccionarlo a la vez que sigue trabajando. ¿ Un erasmus con pasta? suena bien...se lleva su ordenador para seguir trabajando para su empresa y se lleva también un sueño, mejorar cada día para volver más formado y preparado en la vida.

París está de camino a Berlín y yo me apunté a la mitad de su viaje. Tenía un día libre y vaya si lo aproveché...Viajamos juntos en coche desde Bilbao,cargados de todos los sueños de Jon para este año, parando antes en La Rochelle. Sólo teníamos un sábado para poder ver la gran ciudad; ¿ Qué hacemos?

Jon había estado ya alguna vez por allí y se acordó de que se podían alquilar biciletas para recorrer la ciudad. Paris tiene un tráfico caótico y horrible y volar entre los coches te hace más rápido que cualquier autobús/coche y encima ves todo pasar ante tus ojos; mejor que el metro. Pero, ¿cuanto puede valer esto? Pues 1 Euro.

Las bicicletas las puedes encontrar en muchas y muchas estaciones por toda la ciudad. En cada estación puedes coger y dejar una bicicleta, la cual queda anclada para si la quieres volver a coger o para que la coja otro. Después en esa misma u otra estación puedes, entonces, volver a coger otra...y todo ¡¡¡durante 24 horas!!! El sistema interconecta todas las bicicletas de la ciudad y así puedes usarla cuando y dónde la necesites.

Empezamos nuestra ruta en la rue Viala, a los pies de la torre Eiffel; eran las 11 de la mañana.

Pedaleando por la orilla del Sena, puedes encontar las zonas más bonitas de París; y por si te pierdes, mira la propia torre, dónde está, y te encontrarás. Si quieres puedes subir a esta mole de hierro, pero siempre lo vas a encontrar lleno de turistas y puedes perder varias horas en el intento. Nosotros no tenimos tiempo para esto. Ahora, hay que reconocer que es un monumento enorme y bellísimo, lleno de encanto, historia y simbolismo.

De allí, siguiendo el río de aguas turbias, llegamos al museo Louvre. En su día la pirámide de cristal supuso una gran revolución y trajo mucha polémica pero, hoy por hoy, es el símbolo del museo y lo que le da más personalidad. No nos podíamos parar demasiado para ver la cantidad de cosas que a un aficionado a la historia como yo querría ver, así que seguimos a la orilla del río...me queda un cita pendiente con este fantástico trastero de historia...sin entrar a valorar si toda esa riqueza debería estar ahí o en los lugares de origen.

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