jueves, 26 de marzo de 2009

Cómo gastarse, bien, un euro en París...Parte III






Habíamos dejado la bicicleta justo debajo del Sacre Coeur y en cuanto nos sentimos menos hinchados de la superensalada emprendimos la vuelta al hotel...una siesta ahora estaría de lujo...

A esta hora de la tarde nos encontramos un montón de gente por las calles. La bicicleta casi se convirtió en un obstáculo más que una ayuda para moverse pero insistimos en nuestra idea de volver en bicicleta. ¡ Y cada vez más gente! ¡Y cámaras! Claro, ahí estaba delante nuestro el Moulin rouge. El Cabaret centenario acababa de encender las luces de sus letreros como reclamo de apasionados de espectáculos y turistas curiosos; en el ambiente nueces garrapiñadas.

Llegar a la zona en la que estábamos nos llevó un buen rato. París parece llano pero nos dimos cuenta que no tuvimos que dar apenas pedales para ir llegando a la orillas del Sena. Caminamos entre coches apresurados, mientras la luz del día se iba apagando. Y allá al fondo el arco del triunfo.

Por la noche, la calzada de los Campos Elíseos, se convierte en un río rojiblanco de dos sentidos; río de vehículos. El arco del triunfo impacta por su tamaño. Robusto. desde arriba se puede ver la zona de manera inmejorable. No me subiría, pero para fans no esta mal.

A veces ves un gigante como París y jamás se te ocurriría como lograr pasearla en un solo día. Aquí tienes mi sugerencia. Esto es gastarse realmente bien ese euro que de vez en cuando te ronda por os bolsillos. Un euro ecológico, un euro entretenido, un euro sano...un euro y un paseo con un amigo.

Y a Jon, mucha suerte en Berlín y mucho ánimo que seguro que te irá bien. Nos veremos allí y por nuestro Etxebarri siempre serás bienvenido.


P.D. No hay como encontrarse un bar de Vascos ( Biarritz) cerca del hotel para tomar la última birra del día)


miércoles, 18 de marzo de 2009

Cómo gastarse, bien, un euros en Paris... " Parte II"









Caminando al lado del río llegamos hasta la catedral de Notre Dame. Desde fuera no deja de ser una catedral, eso si, situada en medio de una isla en el río, pero por dentro el espectáculo se convierte en algo mágico. Era un día nublado, incluso a ratos nos llevamos el xirimiri de Bilbao hasta allá, y esa poca luz entraba por la vidrieras de ml colores de Notre dame. La combianción de luces y sombras da una imagen de cuento al interior, algo entre tenebroso y sagrado. Aparte las simetrías, la perfección en la composición del diseño interior y los detalles de las columnas sorprende muchísimo. Podríamos haber sacado una muestra de todo esto, pero por respeto dejamos la cámara en el bolso...quizás la cantidad de turistas que abarrotan el lugar deberían hacer lo mismo; o quizás la iglesia debería pensar menos en el negocio y más en los creyentes que ven la catedral como un templo sagrado para ellos...

Y llevabamos un rato pensando en comer, pero Jon conocía un sitio de ensaladas que en otra ocasión le dejo un buen recuerdo. Ese sitio estaba lejos, o al menos relativamente lejos de dónde estábamos,en Montmartre. Cogimos la bici, la cual la habíamos candado enfrente de Notre Dame y empezamos a subir una de las pocas cuestas de París. Sin demasiada pendiente pero constante y larga.

Andar en bici por París es toda una experiencia. ¿ Para que saltar en paracaídas si puedes hacer volar la adrenalina por el cuerpo entrando en una rotonda Parisina? Pavés, rotondas, semáforos, peatones, ambulancias, motos a mil por hora...eso sí, nunca verás la ciudad así si no te pones en marcha sobre dos ruedas.

Montmartre está siempre lleno de gente. Dejamos la bici en una estación que teníamos justo debajo del Sacre Coeur. Subimos andando hasta lo más alto rodeados de gente que nos quería vender cosas y pedir algún donativo, y grabando algún video que otro para la posteridad. A los pies el Sacre Cor aparte de una vista maravillosa te puedes encontrar todo tipo de artistas callejeros; músicos, bailarines de Break-dance, funambulistas del balón... a fuerza de eslaloms caminamos por lo alto de la ciudad y comenzamos a bajar después por el empedrado hasta el restaurante " Le relais Gascon".

Había unas cuantas ensaladas a elegir. Una camarera nos vió un poco perdidos con el idioma y nos preguntó de dónde eramos, como para intentar decirnos algo en nuestra lengua, pero como le dijimos que éramos vascos simplemente se rió y buscó el boli y el cuaderno para empezar a anotar. Estando en Francia...y en homenaje a Cathy, nuestra amiga landesa de Santander, nos cogimos una ensalada ( Enooooorme) de Pato. Una de jamón y otra del Sud-Oest.

La ensalada era inacabable de grande; ¿ andamos un poco para bajar el llenazo?

lunes, 16 de marzo de 2009

Como gastarse, bien, un euro en Paris... "parte I"










Paris bien vale una escapada, o algo más, un viaje para disfrutarla como se merece. Pero, ¿ Qué hacer si sólo tienes un día para visitarla? En principio, parece misión imposible recorrerla; pero si me dejas aconsejarte cómo gastarte bien un euro, creo qué podriamos hacer algo.

Jon se marcha a vivir una experiencia a Berlín. Mientras vivía en Austria aprendió algo de Alemán, pero quiere perfeccionarlo a la vez que sigue trabajando. ¿ Un erasmus con pasta? suena bien...se lleva su ordenador para seguir trabajando para su empresa y se lleva también un sueño, mejorar cada día para volver más formado y preparado en la vida.

París está de camino a Berlín y yo me apunté a la mitad de su viaje. Tenía un día libre y vaya si lo aproveché...Viajamos juntos en coche desde Bilbao,cargados de todos los sueños de Jon para este año, parando antes en La Rochelle. Sólo teníamos un sábado para poder ver la gran ciudad; ¿ Qué hacemos?

Jon había estado ya alguna vez por allí y se acordó de que se podían alquilar biciletas para recorrer la ciudad. Paris tiene un tráfico caótico y horrible y volar entre los coches te hace más rápido que cualquier autobús/coche y encima ves todo pasar ante tus ojos; mejor que el metro. Pero, ¿cuanto puede valer esto? Pues 1 Euro.

Las bicicletas las puedes encontrar en muchas y muchas estaciones por toda la ciudad. En cada estación puedes coger y dejar una bicicleta, la cual queda anclada para si la quieres volver a coger o para que la coja otro. Después en esa misma u otra estación puedes, entonces, volver a coger otra...y todo ¡¡¡durante 24 horas!!! El sistema interconecta todas las bicicletas de la ciudad y así puedes usarla cuando y dónde la necesites.

Empezamos nuestra ruta en la rue Viala, a los pies de la torre Eiffel; eran las 11 de la mañana.

Pedaleando por la orilla del Sena, puedes encontar las zonas más bonitas de París; y por si te pierdes, mira la propia torre, dónde está, y te encontrarás. Si quieres puedes subir a esta mole de hierro, pero siempre lo vas a encontrar lleno de turistas y puedes perder varias horas en el intento. Nosotros no tenimos tiempo para esto. Ahora, hay que reconocer que es un monumento enorme y bellísimo, lleno de encanto, historia y simbolismo.

De allí, siguiendo el río de aguas turbias, llegamos al museo Louvre. En su día la pirámide de cristal supuso una gran revolución y trajo mucha polémica pero, hoy por hoy, es el símbolo del museo y lo que le da más personalidad. No nos podíamos parar demasiado para ver la cantidad de cosas que a un aficionado a la historia como yo querría ver, así que seguimos a la orilla del río...me queda un cita pendiente con este fantástico trastero de historia...sin entrar a valorar si toda esa riqueza debería estar ahí o en los lugares de origen.