miércoles, 18 de marzo de 2009

Cómo gastarse, bien, un euros en Paris... " Parte II"









Caminando al lado del río llegamos hasta la catedral de Notre Dame. Desde fuera no deja de ser una catedral, eso si, situada en medio de una isla en el río, pero por dentro el espectáculo se convierte en algo mágico. Era un día nublado, incluso a ratos nos llevamos el xirimiri de Bilbao hasta allá, y esa poca luz entraba por la vidrieras de ml colores de Notre dame. La combianción de luces y sombras da una imagen de cuento al interior, algo entre tenebroso y sagrado. Aparte las simetrías, la perfección en la composición del diseño interior y los detalles de las columnas sorprende muchísimo. Podríamos haber sacado una muestra de todo esto, pero por respeto dejamos la cámara en el bolso...quizás la cantidad de turistas que abarrotan el lugar deberían hacer lo mismo; o quizás la iglesia debería pensar menos en el negocio y más en los creyentes que ven la catedral como un templo sagrado para ellos...

Y llevabamos un rato pensando en comer, pero Jon conocía un sitio de ensaladas que en otra ocasión le dejo un buen recuerdo. Ese sitio estaba lejos, o al menos relativamente lejos de dónde estábamos,en Montmartre. Cogimos la bici, la cual la habíamos candado enfrente de Notre Dame y empezamos a subir una de las pocas cuestas de París. Sin demasiada pendiente pero constante y larga.

Andar en bici por París es toda una experiencia. ¿ Para que saltar en paracaídas si puedes hacer volar la adrenalina por el cuerpo entrando en una rotonda Parisina? Pavés, rotondas, semáforos, peatones, ambulancias, motos a mil por hora...eso sí, nunca verás la ciudad así si no te pones en marcha sobre dos ruedas.

Montmartre está siempre lleno de gente. Dejamos la bici en una estación que teníamos justo debajo del Sacre Coeur. Subimos andando hasta lo más alto rodeados de gente que nos quería vender cosas y pedir algún donativo, y grabando algún video que otro para la posteridad. A los pies el Sacre Cor aparte de una vista maravillosa te puedes encontrar todo tipo de artistas callejeros; músicos, bailarines de Break-dance, funambulistas del balón... a fuerza de eslaloms caminamos por lo alto de la ciudad y comenzamos a bajar después por el empedrado hasta el restaurante " Le relais Gascon".

Había unas cuantas ensaladas a elegir. Una camarera nos vió un poco perdidos con el idioma y nos preguntó de dónde eramos, como para intentar decirnos algo en nuestra lengua, pero como le dijimos que éramos vascos simplemente se rió y buscó el boli y el cuaderno para empezar a anotar. Estando en Francia...y en homenaje a Cathy, nuestra amiga landesa de Santander, nos cogimos una ensalada ( Enooooorme) de Pato. Una de jamón y otra del Sud-Oest.

La ensalada era inacabable de grande; ¿ andamos un poco para bajar el llenazo?

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